martes, 19 de agosto de 2014

La comprensión de los sentimientos de los hijos

La empatía como habilidad, trata de un modo de estar, comportarse y mirar, que invitamos  a reflexionar de cara a su integración. Significa penetrar en el mundo privado del otro, vivir temporalmente su vida moviéndose en ella con delicadeza... Hasta cierto punto, quiere decir que hay que dejar de lado tu propio yo, tus ideas, opiniones, sentimientos personales...para abrirse y comprender los de otra persona.


   La empatía por parte de las madres/padres provoca en sus hijos/as efectos importantes como:

  • Mejor capacidad de autoconocimiento y auto-comprensión de su realidad personal.
  • Toma de conciencia de sus problemas, potencialidades y recursos.
  • Apropiación de su situación y adquisición de actitud de responsabilidad.
  • Promoción de la auto-confianza de los padres.
  • Sentimiento de adhesión y afinidad hacia el padre, madre, y el núcleo familiar en general.
  • Mejor participación y colaboración en las actividades familiares.
  • Refuerzo de las actitudes de solidaridad y compañerismo entre los hermanos así como de éstos hacia los padres.
  • Promoción de la empatía en el niño hacia sus semejantes, base de los comportamientos altruistas y de la solidaridad.
  • Actitud positiva hacia el estudio y el trabajo escolar diario.
  
 El niño que se siente escuchado, comprendido y acompañado de manera sensible y cercana en su proceso de formación genera en él actitudes promotoras de crecimiento y maduración únicas.


¿CÓMO SE DESARROLLA? 6 tips que pueden ayudarte:

1. Escuchar con la mente abierta y sin prejuicios. Ser respetuososcon los demás.

2. Prestar atención y mostrar interés por lo que nos están contando, ya que no es suficiente con saber lo que el otro siente, sino que tenemos que demostrárselo.

3. No interrumpir mientras nos están hablando y evitar convertirnos en expertos que se dedican a dar consejos, en lugar de intentar sentir lo que el otro siente.

4. Aprender a descubrir, reconocer y recompensar las cualidades y logros de los demás. Esto va a contribuir, no solamente a fomentar sus capacidades, sino que descubrirán también nuestra preocupación e interés por ellos.

5. Cuando tengamos que dar nuestra opinión sobre lo que nos están contando, es muy importante hacerlo de forma constructiva, ser sinceros y procurar no herir con nuestros comentarios.

6. Ten buena predisposición para aceptar las diferencias que hay con los demás, ser tolerantes y pacientes con los que nos rodean y con nosotros mismos.

EJEMPLO PARA APRENDER EMPATÍA

Cuando se hace un regalo, ¿en quién se piensa, en quién lo hace o en quién lo recibe? Este podría ser el inicio de uno de los ejercicios que a continuación se proponen. Si se hace un regalo a alguien, pensando en la belleza de lo que se ha realizado de manera artesanal, y se le regala a alguien movido por el consumismo, se deja de ser empático, para ser egoísta. Hay que ponerse en el lugar del otro, en sus zapatos, y el regalo a alguien encantado si va de compras, tendrá que ir en esa línea, sin importar lo que signifique para quien regala. Esta es la definición de empatía.

JUEGO:educativo para desarrollar la empatía y el conocimiento de las emociones en los niños y niñas
OBJETIVOS
  • Desarrollar la empatía, capacidad de ponerse en el lugar del otro.
  • Fomentar la capacidad de reconocer las emociones ajenas.
  • Favorecer el desarrollo de la inteligencia emocional y las habilidades sociales.
PARTICIPANTES
Niños y niñas de 6 años en adelante.
MATERIALES
  • Zapatos.
EN QUE CONSISTE EL JUEGO
El juego consiste en ponernos literalmente los zapatos de otro y tratar de completar un circuito. De este modo aprenderán como no es fácil estar en los zapatos del otro, a veces lo que a nosotros con nuestros zapatos (aquellos que nos quedan bien), nos parece sencillo, puede ser complicado en los zapatos de otro. Aprenderemos a ponernos en el lugar de los demás.

INSTRUCIONES
Preparación: Preparamos un circuito, cuya dificultad variara en función de la edad de los participantes. Colocaremos a los participantes en círculo y les pediremos que se quiten los zapatos. Tendremos preparados diferentes tipos de calzado de diferentes tallas (zapatos muy grandes, otros muy pequeños, de tacón, con la suela estropeada, zapatos cómodos para correr, chanclas que dificulten correr, dos zapatos del mismo pie o uno de cada talla, etc..)

Explicación:Les explicamos a los niños y niñas lo siguiente: “Vamos a descalzarnos para ponernos los zapatos de otros. De este modo vamos a desarrollar nuestra empatía, ¿sabéis lo que es la empatía? La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro.
Les pedimos a los participantes que se quiten su calzado y se sienten en círculo. Una vez sentados, les pedimos que cierren los ojos. Con los ojos cerrados colocamos de modo aleatorio un par de zapatos delante de cada participante. Una vez colocados los zapatos, les pedimos que abran los ojos y que se pongan cada uno de ellos el calzado que tenga delante (habrá zapatos que les queden grandes, otros pequeños y difíciles de poner, algunos con los que sea fácil caminar y otros con los que se haga complicado).
Una vez calzados con los zapatos correspondientes. Les explicamos a los niños y niñas que deben cumplimentar el circuito (en el cual puede haber obstáculos, escaleras, saltos, subirse a algún lado, agacharse, etc.), las normas son que han de finalizar el circuito con los zapatos que llevan puestos, es decir no pueden quitarse los zapatos en ningún momento.
Realizaremos la dinámica varias veces, para que cada uno haga el recorrido con diferente tipo de calzado.
Finalmente, realizaremos una reflexión conjunta, donde deben explicarnos sus dificultades, como se han sentido, si les ha costado o no terminar el circuito, y como se han sentido. Y les explicamos lo siguiente, en muchas ocasiones juzgamos a los demás desde nuestro punto de vista, seguramente a todos nos parecería fácil terminar el circuito con nuestros zapatos, pero cuando nos hemos puesto otros zapatos hemos podido comprobar que no era tan sencillo y hemos experimentado lo que otros experimentan.

Celia Rodriguez Ruiz.
http://www.educayaprende.com/








martes, 12 de agosto de 2014

Juegos y estrategias de inteligencia emocional para casa!

Hola a todos!!! os adjunto unos cuantos juegos y estrategia que podéis usar en casa para poner un poco en práctica esto de la inteligencia emocional en familia. 

  1. DECÁLOGO FAMILIAR:
     Consiste en describir juntos el tipo de familia que deseamos crear, respondiendo a preguntas tales como:

           - ¿Qué significa ser de esta familia?.
           - ¿Qué valores compartimos?
           - ¿Qué nos gusta y qué no nos gusta?
           - ¿Qué clase de familia somos?
           - ¿Cuáles son nuestras normas?
           - Consecuencias del incumplimiento de las mismas.

    Al final, las normas propuestas, descritas y aprobadas por todos lo colgaremos en un lugar visible de casa, como en la nevera, en el salón. A medida que vaya pasando el tiempo, se irán modificando aquellas normas en función de la evolución  de la familia.



   2. DIARIO FAMILIAR:  


    En esta propuesta, se elaborará un diario compartido por toda la familia. Éste puede ser un cuaderno en el que cada uno de los componentes pueda escribir sus pensamientos, experiencias, preguntas, preocupaciones, etc. Los demás pueden contestarle, incorporar fotos, dibujos, notas, recortes, palabras de ánimo.


   3. JUEGO DE CARTAS

Crearemos una baraja de cartas representando los diferentes sentimientos. Ésto lo podemos utilizar para:

* Diariamente, escoger una carta con la emoción que más nos identifique ese día y pegarla en la nevera. el resto de la familia, puede hacer lo mismo y, en un momento del día comentar el motivo de por qué se ha escogido.

* Podemos hacer parejas de emociones contrarias, o si se hacen varias iguales, jugar con ellas tipo memory. ponerlas boca abajo y tener que ir encontrando las parejas.

* Las podemos usar para jugar también al Pictionary. Uno escoge una carta, dibuja una emoción y el otro miembro debe de reconocerla.





   4. LECTURA DE CUENTOS

   En este caso, podemos coger cuentos en los que podamos identificar los sentimientos de los personajes principales y el modo de cómo lo expresan. Para ayudarles con la empatía, creatividad y resolución de conflictos, podemos preguntarles a los niñ@s de qué manera habrían actuado ellos en el caso del personaje del cuento.


5. TALLER DE COCINA:

   Por un lado, como ocurre con otro juegos didácticos, esta actividad además de ser entretenida está orientada a satisfacer y ser compartida con otras personas. Esto supone que el niño juega a adivinar qué es lo que puede agradar al otro, cómo sorprenderle o gratificarle por algún motivo. Por ejemplo, dejarle hacer o ayudar una tarta para el cumple de su madre, padre o hermanos.

   Por otro lado, cocinar tiene mucho de un elemento de inteligencia emocional: la capacidad de posponer la gratificación. Muchas veces los juegos a los que se enfrentan los niñosbuscan la satisfacción inmediata de su deseo de gratificación o estímulo personal. Cuanto mayor es la habilidad de un niño de posponer la gratificación, mayor es su capacidad de esfuezo, paciencia y control emocional en definitiva.

   Cuando empleamos la cocina como elemento lúdico, el niño puede incorporar el manejo de emociones como la inquietud, el nerviosismo, o la impaciencia que supone tener que esperar a la finalización del plato que se ha preparado, para más tarde, poder disfrutarlo en toda su dimensión.
                                                               





                                                                                                     Fuente: manual de inteligencia emocional.





lunes, 11 de agosto de 2014

Las emociones de los hijos...

   Los niñ@s al igual que los adultos experimentan sentimientos, en consecuencia con ciertos hechos ocurridos. 

   Desde bebés, el modo en que los adultos reaccionan cuando el niñ@ sonríe o llora constituye un ejemplo de respuesta  a las emociones del otro en ambos sentidos. Este vínculo que se forja desde tan pequeños proporciona el vehículo más sencillo a través del cual, los padres/madres  enseñan cómo relacionarse, comprender y conectar con otras personas. 

Ésta sensación de seguridad, de sentirse comprendidos en estos primeros momentos de nuestras vidas, ya es un paso para más adelante encarar sucesivos encuentros con compañeros o amigos.

   A medida que pasan los años, el modo en que el niño afronta una situación de crisis, va a ser reflejo en buena medida del modo en que la familia afronta las crisis.

   Un ataque de enfado o rabia, puede ser una oportunidad única. Lo ideal es que los padres no se pongan al nivel del niñ@ (enfadandose también), ni tomen una actitud pasiva.  Intentemos evitar estos extremos, controlar nuestro propio enfado intentando conectar con el/la niñ@ ayudándoles a encauzar su propia rabia. Ésto no es algo fácil, y no quiere decir que se viva siempre en un estado de paz y tranquilidad, pero es construir un espacio flexible para poder recuperarse de una situación difícil con cierta rapidez y con las menores consecuencias posibles.

En este punto, reflexionemos....


  • ¿Hasta qué punto es capaz mi hijo de expresar sentiminetos con palabras? si le pregunto cómo se siente, ¿puede responderme con un término que describe un sentimiento o me explica lo que sucede?¿es capaz de identificar una gama de sentimientos diferenciando sus matices?¿es capaz de identificar los sentimientos de los demás?

  • ¿Hasta qué punto tolera la frustración? ¿cómo expresa la ira, el enfado u otros sentimientos de difícil manejo?

  • ¿Cómo resuelve los conflictos?¿hasta qué punto es independiente a la hora de resolverlos? ¿ es capaz de pensar en diferentes modos de resolver los conflictos?...







martes, 5 de agosto de 2014

Para ser buenos padres se necesita algo más que el intelecto.

    La mayoría de los padres quieren tratar a sus hijos de una manera justa, con paciencia y respeto. Saben que el mundo plantea a sus hijos numerosos desafíos, y quieren estar presentes para sus hijos, ofreciendo comprensión y prestando apoyo. Quieren enseñarles a manejar problemas con efectividad y a crear relaciones fuertes y saludables. 

    Pero existe una gran diferencia entre querer hacer lo correcto junto a sus hijos y realmente tener los medios para hacerlo.


    Esto ocurre porque para ser buenos padres se necesita algo más que el intelecto. Algo relacionado con una dimensión de la personalidad que ha sido ignorada en gran parte de los consejos brindados a los padres a lo largo de los últimos treinta años. Para ser buenos padres es necesaria la participación de la emoción.

   Este aprendizaje emocional funciona no solamente a través de las cosas que los padres dicen o hacen directamente a los hijos, sino también en los modelos que ofrecen para manejar sus propios sentimientos y los que surgen entre marido y mujer. "Algunos padres son docentes emocionales dotados, otros son atroces”.


   Los padres dedicados a la educación emocional pueden describirse como “cálidos” y “positivos” hacia sus hijos, y en efecto lo son. Pero por sí solo, el hecho de ser padres cálidos y positivos no resulta suficiente para enseñar inteligencia emocional. En realidad, es común que los padres sean afectuosos y atentos, pero incapaces de enfrentar con efectividad las emociones negativas de sus hijos.

      Entre los padres que no forman a sus hijos en el campo de la inteligencia emocional, se ha identificado varios tipos:



                                          TIPOS DE PADRES                 TIPOS DE HIJOS





El proceso  de padres formadores se desarrolla generalmente en cinco pasos. Los padres:

  1. Toman conciencia de la emoción de su hijo.
  2.  Reconocen la emoción como una oportunidad para la intimidad y la enseñanza.
3. Escuchan con empatía, convalidando los sentimientos del niño.
4. Ayudan al niño a encontrar las palabras para calificar la emoción que está sintiendo.
5. Fijan límites mientras exploran las estrategias para resolver el problema inmediato.

lunes, 4 de agosto de 2014

A la hora de educar a mis hijos o alumnos....


  • ¿Soy consciente de cómo me siento cuando mi alumno/hijo no me hace caso o no responde como espero que haga según su edad?
  • ¿Cómo me siento cuando no hace lo que me han enseñado o lo que los libros dicen que debería hacer?
  • ¿Cómo se sienten mis hijos/alumnos en las diferentes situaciones del día a día?
  • ¿Qué les hace felices o les pone contentos, qué les enfada y qué les entristece?
  • ¿Soy consciente al actuar de que lo que hago como padre/madre/profesor afecta a los niños?
  • ¿Suelo utilizar el diálogo para resolver problemas cotidianos de convivencia? ¿Funciona?



             Conocerse a uno mismo y las propias reacciones es fundamental como punto de partida para poder educar responsablemente y con cierta coherencia. Si tengo dificultades en conocer, controlar, gestionar mis emociones, debería plantearme maneras de mejorar y aprender a manejar las emociones mejor y así favorecer el desarrollo y aprendizaje emocional positivo de los niños y adolescentes.